Dopaje deportivo y testosterona

Dopaje de testosterona

El dopaje con testosterona es un fenómeno bien conocido en el deporte actual.

Aunque esta hormona androgénica se produce de forma natural en el organismo, varios estudios han demostrado que la producción de testosterona sintética tiene una influencia más que favorable en el deporte. Las ganancias de músculo, potencia y velocidad hacen que se busque con mucha frecuencia para obtener resultados cada vez mayores.

Sin embargo, como todo tiene que empezar en algún sitio, fue el éxito de Sandow en el culturismo lo que realmente planteó por primera vez la cuestión del dopaje con testosterona.

La testosterona sintética se encontraba en casi todas las estanterías de los deportistas en la década de 1960. Muchos decían que fluía tanto como el agua del grifo y era 100% legal. El culturismo fue una de las disciplinas más conocidas para aumentar la masa muscular utilizando testosterona. Culturistas legendarios como Sergio Oliva y Larry Scott se enorgullecían de su musculatura, refiriéndose a la testosterona. Sin embargo, los años gloriosos del culturismo iban a servir de laboratorio de pruebas que pronto recorrerían el mundo en las distintas disciplinas deportivas e inculparían a todos los usuarios de testosterona como producto dopante.
Dwayne Chambers, Marion Jones y Alberto Contador son deportistas que en algún momento de sus carreras han
frente al muro de su actuación. Como muchos otros, todos ellos utilizaron testosterona y otros productos dopantes. Al principio, todos entrenaban hasta quedar exhaustos. Después vienen los batidos de proteínas varias veces al día para mantenerte en marcha hasta que, una vez más, te encuentras contra la pared de la imposibilidad de aumentar tu rendimiento. Necesitaban un ciclo inicial de testosterona para aumentar su confianza y mantenerse en carrera. Dijeran lo que dijeran en su defensa, su masa muscular, su rendimiento y su velocidad no podían engañar a nadie. Han hecho una elección. Lo han probado y han visto y experimentado los efectos.

Los efectos secundarios del dopaje con testosterona

La mayoría de los resúmenes sobre la testosterona en el deporte informan de casi los mismos efectos secundarios dependiendo del individuo. Desde el caso de las mujeres de Alemania Oriental que demandaron a sus entrenadores y a sus federaciones por haber sido obligadas a tomar inyecciones de testosterona en los años 80, y que presentaban todas ellas fenómenos similares como esterilidad, trastornos hepáticos y renales e hipertensión arterial. Todas revelaron que sufrían dolores de cabeza desde hacía años, y la mayoría se quejaba de la virilización de su cuerpo. Otros atletas de todo el mundo han informado de los mismos fenómenos, junto con agresiones, desgarros musculares y tendinitis recurrentes. Algunos hombres incluso revelan que padecen cierta dependencia de la testosterona y afirman tener muchos problemas de corazón. Muchos otros padecen ahora cáncer de próstata.

Los efectos secundarios varían de un deportista a otro. Sin embargo, queda por ver si los problemas de asimilación por el organismo o los problemas de dosificación son la causa real.

Conclusión

Independientemente de lo que se piense del dopaje deportivo con testosterona, es imposible ignorar su capacidad para producir efectos sobre el rendimiento más que convincentes. Las mejoras físicas y mentales de los atletas son una prueba innegable de la eficacia de esta hormona. No habría tantas prohibiciones de tomar testosterona en el mundo si estos efectos espectaculares en el cuerpo de los deportistas no hubieran demostrado tantas mejoras y ganancias rápidas y fáciles en el rendimiento. Todo es cuestión de administración y de las dosis adecuadas para evitar los temidos efectos secundarios.

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